miércoles, 1 de agosto de 2012
Un día más de vacaciones... me lo dice mi pijamas que aún no me quito, como también las botas en mis pies, que gritan lo ridícula que me veo, pero en fin, es lo más cerca que estaba de mi cama. Es agradable despertar en un lugar lleno de gente de confianza, en quien puedo dejar a cargo a mi hija y preocuparme de nada.
La flojera me invade, poco a poco hasta gobernarme. La tv es mi mejor amiga al igual que el agradable viento helado de agosto.
Rancagua y su silencio, la distingue de Valparaíso que con sus gritos no deja pensar a nadie. Santiago toca la bocina y lanza mucho humo, es lo que menos me gusta en el mundo. Pero en fin, la casa de mi madre no tiene nada de eso. Me envuelve en un torbellino de infancia a la que quiero volver.
Las vacaciones para mi es viajar hasta mi familia, el comer comida cuyo principal ingrediente es el amor. Usar el pijamas de mi madre y robar la energía de los adultos que me atienden hasta hartarse de mi presencia. Me encanta Rancagua, es mia al igual que este mes. Soy feliz
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