miércoles, 1 de julio de 2009

Wait!



"...Justo al momento de llegar a la esquina el semáforo cambia a rojo. ¡Qué rabia, tengo tantas cosas que hacer y solo ésto me faltaba!"
La luz roja no solo se nos aparece en los semáforos sino en muchas ocasiones de nuestra vida, como cuando metimos la pata dentro de una relación que podría funcionar. Todo empieza muy bien, los dos nuevos conocidos comienzan a salir empezando con la famosa primera cita. Las conversaciones hacen que la timidez se deje de lado poco a poco para dar paso a algo mucho más fluido y relajante. Ya en la segunda cita la confianza se nota, el tono de la charla es más cómico y las vivencias y situaciones de la vida poco a poco son expuestas. Pero ¿qué sucede cuando los comentarios y estas historias se acaban? es ahí cuando comienzan a aparecer los silencios incómodos y para derrocarlo los comentarios sin sentidos comienzan a salir, dejando perpleja, sorprendida o maravillada a la otra persona. Es aquí cuando se determina si la relación continúa según mi punto de vista. Es cuando el semáforo deja de estar en verde y pasa a amarillo. Si la persona nos atrae rogamos para que ese semáforo se mantenga en verde pero hay veces que es inevitable este cambio de luz, y hasta hay veces en que la luz amarilla es saltada y pasa enseguida a rojo. En ese momento solo quedan dos opciones, el retirarse o mantener la calma y esperar. La segunda opción es la más valereda si se espera con paciencia y optimismo, pero llega a ser patética si es apurada. Me gustaría saber qué continúa, en qué color está el semáforo que en este instante vigila un momento de mi vida.
"Me resigné a esperar el rojo del semáforo, y me sorprendió que durara tan poco..."

2 comentarios:

  1. WOW!
    yegua, cada dia me sorprendes mas...


    cuidate.
    tkm.

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  2. Es tan clásico eso de las citas, eso de conocer a personas (aunque no sea para tener una relación de pareja). Eso de como va fluyendo con el pasar del tiempo la forma de relacionarse, como va avanzando la confianza desde un simple "¡hola! ¿cóm estás? ¿qué haces?", hasta "no me gusta que hagas...", "me encanta estar contigo" o estúpidas conversaciones y frases que decimos como "cuando estoy contigo siempre me enfermo", "eres un estúpido", "eso lo aprendí de los Simpsons".

    Y lo del semáforo... uuuyyy. Creo que a veces le tenemos mucho miedito al silencio, a las esperas, llega a angustiar no poder establecer una conversación con la otra persona, pero considero que cuando en la relación se pueden mantener esos silencios sin que lleguen a desesperar es porque ya se ha traspasado un límite que permite gran naturalidad. Personalmente no me molestan los silencios, al contrario creo que si se puede estar con alguien en silencio es maravilloso.

    Bueno el escrito y lo que da para pensar, sentir y reflexionar.

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